El torero extremeño  consigue los tres apéndices que le abren por primera vez  en su carrera la Puerta del Príncipe destacando la faena de dos orejas al toro oloroso nº 66 del Parralejo 

Hoy, 20 años después de que Don Miguel Ángel Perera tomara su alternativa, y justamente 5 años de que saliera por sexta y última vez, hasta ahora, por la puerta Grande de Las Ventas en el día de San Isidro; acaricia a hombros la dulzura de la imponente puerta maestrante y sevillana, que se divisa en el paseo Colón, de la capital andaluza.
Bajo la atenta mirada de S.A.R. la condesa de Barcelona, Doña María de las Mercedes, conjugada con los anhelados compases del azahar; este diestro pacense, mejor dicho, nuestro diestro pacense, nos ha demostrado su amplio conocimiento, su temple, nos ha mostrado un toreo, como suelen decir “de encanto”, hoy, lo vivido en el coso baratillero, no ha sido de pero alguno.
Coronado en la tarde de hoy con esa corona de laurel, que llamamos montera, Perera ha enseñado su capote al viento suave a la embestida sublime de Oloroso, de la afamada ganadería de El Parralejo.
En su temporada pasada, pudimos observar en Perera un torero confirmado; pero hoy, sus naturales y ese muñecazo, nos ha enamorado uniendo esa pasión, que nos ha despertado en la tarde de hoy en la muleta a media altura y a ese derechazo final; aunque es de ley, decir que por el izquierdo tenía una mayor dificultad; dificultad, que el diestro identificó claramente y supo resolver con la derecha; todo ello, sumado a los deleites bajos y sensacionales que enmudecieron a la plaza y que sin lugar a dudas, sobrecogió a Tejera y nos volvió a demostrar el gran triunfo del arte, que se premió con las dos notables e indiscutible orejas del astado.

Sevilla, a 10 de abril de 2024.