Habemus Toreros

Javier Zulueta cortó dos orejas en la novillada matinal de Olivenza, dejando un toreo puro y exquisito, e hizo lo propio Marco Pérez, tirando de valor. El otro debutante, Tomás Bastos, cortó una oreja y fue ovacionado en ambos toros. Manuel Román.

Manuel Román: Manuel Román tuvo el peor lote de la tarde y no logró acoplarse perfectamente. A pesar de sus habilidades conocidas de toreo, no tuvo su mejor día, mostrando solo algunos detalles con el capote y muletazos sueltos.  Consiguío  una buena tanda ligada por el pitón derecho cuando le dejó la muleta en la cara al primero de la tarde. Tampoco estuvo certero con los aceros, siendo ovacionado en ambos toros.

Marco Pérez: Ha nacido para ser torero y eso lo ha vuelto a demostrar hoy con sus dos faenas. Cualquiera que lo viera tiene la impresión de que lleva años de alternativa por la forma y soltura con la que se maneja delante de los toros. Sus faenas no destacaron tanto por el contenido artístico ni por los pases estilizados y profundos, pero sí por la entrega y valentía que mostró el salmantino. Recibió ambos novillos a porta gayola y toreó muy bien al sexto con el capote. En el primer novillo dejó una buena faena con tandas ligadas y entendió muy bien al animal, al que cogió la altura perfecta para desarrollar una buena actuación. El toro se fue rajando y ahí entró Marco entre los pitones, dejando varios circulares. En uno de ellos el novillo le propinó una voltereta. El sexto novillo de la tarde se rajó muy pronto y lo toreó prácticamente toda la faena pegado a las tablas. El novillo acusó la falta de fuerza, aunque dándole su espacio y tiempo, Marco pudo dejarle una buena actuación que culminó con una estocada. El resultado: una oreja en cada utrero.

Javier Zulueta: El joven sevillano inició su actuación con buenos detalles en el capote. En la faena, demostró temple y maestría con unos doblones iniciales llevando al toro hacia el centro del ruedo. Con gran temple en el pitón izquierdo, realizó tandas ligadas, así como en el derecho, donde le dio al toro su sitio y tiempo para ejecutar buenos naturales. Aunque la faena fue corta, fue eficaz y caló en los tendidos, dejando una buena estocada que le valió la concesión de una oreja. Amenazaba el hambre a eso de las 2 de la tarde cuando salía de chiqueros el séptimo de la tarde y nos brindó una ración de buen y templado toreo. Ya avisó con el capote toreando sumamente bien a la verónica y dejando una media exquisita. Con la muleta no dejó indiferente a nadie. Faena completa por ambos pitones. El toro acusó falta de fuerzas y muy bien cierto se cambió el tercio con solo pares. Con la mano derecha dibujó muletazos bellísimos con una clase y un sitio propio de un debutante entendiendo al toro a la perfección y dándole su correcta altura y sitio. Templó a más no poder, parando el tiempo en un coso que se fundía en olés con el joven. Por la izquierda dejó un natural eterno al ralentí y tandas buenas y ligadas. Descaró también los trincherazos, remates y cambios de manos, sobre todo de zurda a derecha. Mató de una gran estocada a la tercera y se le concedió una oreja.

Tomás Bastos: El otro debutante que cerraba la tarde, mostró valentía y habilidad tanto con el capote como con la muleta. A pesar de su corta edad de 16 años, demostró tener un camino por recorrer típico de un joven debutante. Mostró buen desempeño con el capote y banderilleó de manera eficiente, dejando un espectacular par al quiebro en ambos trabajos. El primer novillo de Bastos mostró falta de fuerzas, incluso llegando a echarse en algún momento. A pesar de los esfuerzos del portugués, el novillo no respondió adecuadamente, y aunque no acertó con los aceros, recibió ovaciones del público. En cuanto al octavo toro, Bastos toreó con entrega y habilidad tanto con la capa como con la muleta, dejando una faena ligada por ambos pitones, destacando los estatuarios iniciales. Lamentablemente, una espada defectuosa le privó de los dos trofeos, obteniendo finalmente solo uno.